Oficialmente, el virus conocido como el COVID-19 llegó en marzo 2020, paralizó el país y dejó ver de inmediato sus efectos mortales y económicos en nuestra sociedad y en el resto del mundo.
El famoso coronavirus se transmite principalmente de persona a persona a través de gotas respiratorias producidas cuando un infectado tose, estornuda o habla, y tambien se transmite a traves del contacto con objetos y superfecies contaminados, donde el virus puede reposar hasta 48 horas, según la información científica divulgada.
Hasta la fecha, no hay cura o vacuna contra el coronavirus y dada las circunstancias, todo el mundo esta expuesto, registrando más de 150 infectados diarios y más de 250 muertos en nuestro país, al momento de redactar este artículo.
Es obvio que el país no puede seguir paralizado y la gente no puede seguir encerrada en casa sin trabajar, por lo que hay que reabrir la economía, regresar al trabajo y volver a lo que se llama “la nueva normalidad”, junto con el nuevo intruso, el COVID-19.
Según la Organización Mundial de la Salud, el COVID-19 llegó para quedarse, pero hay que enfrentarlo, hacerle la guerra y arrancarle la corona a este maldito virus, hasta derrotarlo completamente.
La guerra contra este COVID-19 tiene 2 frentes simultáneos: el personal/familiar y el laboral/profesional, lo que significa que las medidas preventivas y sanitarias se deben tomar en las dos áreas y no solo en una.
No tiene ningún sentido tomar las medidas preventivas alrededor del hogar y la familia, si cuando vas al entorno laboral y comercial, todo esta contaminado e infectado de coronavirus, lo que nos convierte inmediatamente en portadores.
Para regresar a la llamada “nueva normalidad”, el Gobierno nacional ha emitido un protocolo titulado “Lineamientos para el Retorno a la Normalidadde las Empresas Post-Covid-19 en Panamá”, una serie de acciones que las empresas y negocios deben asumir para regresar a su actividad económica.
Dentro de las medidas adoptadas en este protocolo para reabrir las empresas y negocios de manera progresiva, se refiere claramente a la “Limpieza y desinfección de áreas y superficies de uso frecuentemente” por el personal.
Lo que se busca precisamente es contener la propagación del COVID-19 a través de la higiene y la limpieza, no solo evitando el contacto entre personas, sino también limpiando las superficies y objetos que pueden estar contaminados.
Por ello es indispensable la desinfección total de los lugares y áreas de trabajo, equipos, útiles, mobiliarios y utensilios de uso común y frecuente entre colaboradores, como por ejemplo en oficinas, locales y establecimientos comerciales de cualquier naturaleza, así como en áreas comunes de edificios y condominios.
La desinfección de oficinas garantiza un ambiente laboral seguro y libre de coronavirus, bacterias, gérmenes y patógenos para los colaboradores y visitantes.
La desinfección de establecimientos comerciales, como restaurantes, salones de belleza, cines, gimnasios, y similares, garantiza un lugar seguro para colaboradores y clientes.
En estos locales, el tema es bastante delicado, ya que si un cliente se contagia del COVID-19 y luego asegura, a través de cualquier medio, que fue contagiado en un determinado local comercial, podría generar consecuencias diversas.
Otro sector que requiere una desinfección completa, es la flota del transporte de personas y de mercancías. Este sector incluye el transporte colectivo, selectivo, camiones de reparto de productos, vehículos de mensajería y de uso común en las empresas.
Finalmente, la desinfección con nebulización, es la forma más rápida y efectiva de eliminar cualquier tipo de virus, gérmenes y bacterias en un determinado espacio, siempre y cuando se utilice un desinfectante que pueda destruir el coronavirus.
En DJ Control de Plagas utilizamos desinfectantes de nivel hospitalario y de laboratorio, para garantizar un desinfección efectiva contra el COVID-19 y cualquier patógeno, en objetos y superficies, dentro de oficinas, locales comerciales, áreas comunes y lugares de tráfico humano.
Cabe señalar y aclarar que no existen en el mercado, nacional o internacional, productos orgánicos o naturales para eliminar virus, como el COVID-19, en la modalidad de desinfección, siendo los químicos los más efectivos para el combate en esta guerra.